A principios de verano me leí ‘Death is hard work’, de Khlade Khalifa. Lo compré porque me gustó la portada en el Waterstones durante mi última visita a Londres. Y me gustó tanto que este verano me hice con su novela Elogio del Odio. La he devorado en poco más de una semana, a pesar de estar en unos días duros de trabajo.
Ya con el primer libro me fastidiaba un poco que tuviese tan pocos capítulos y te soltara la historia de corrido. A veces no es que tenga mucho tiempo para leer y me gusta poder parar en algún sitio con sentido. Si a la falta de capítulos le sumabas ese entrelazamiento caótico de historias y personajes, pues no era el mejor libro para leer de bocado en bocado. Con este pasa lo mismo…
Narra la vida de una joven de Alepo que viene de una familia islámista en medio de los desórdenes de principios de los 80. Contado en primera persona, nos lleva por su vida, la de su familia y la de otras personas que se cruzaron en su camino en esa década turbia que ya dibuja la situación actual del norte de Siria. Su título hace honor a la máxima con la que empieza a fraguar su activismo la protagonista, el odio hacia todo lo que no represente los valores de su comunidad, pero, sobre todo, hacia un gobierno miliarizado y corrupto que entorpece la institución de un verdadero estado islámico.
Los avatares de su familia y de su vida no tienen desperdicio. No os voy a desvelar los detalles porque merece mucho la pena leerlo, pero lo que sí me marcó es ver en el libro la semilla del conflicto actual, desde los talibanes afganos al Daesh. Un libro desgarrador a la vez que precioso. Un estilo al que le voy cogiendo un poco más de gusto. Muy recomendable.