tDJP empezó el otro día, pero no tiene sentido sin todas las tonterías que se me ocurrían a diario… La filosofía detrás de todo esto era que no podría emprenderlas si no terminaba la tesis doctoral. Una de las cosas que me dio por hacer mientras la terminaba fue un diario fotográfico de mi día a día. Una de las primeras «locuras» que publicaré junto con la tesis será ese diario en una suerte de photo-essay.
El caso, es que tal día como hoy hace un año defendí mi tesis doctoral. Y parece que aún fue ayer…
Hacer una tesis doctoral no es tarea sencilla, especialmente cuando tienes que compaginarlo con un millón de cosas más. La vida después de la tesis, tampoco lo es.
Ahora que han pasado 365 de #postdoclife (así etiqueto ahora mis fotos en Instragram), he podido desbloquear algunas cosas, como esta página. Sin embargo, la mayoría de las locuras siguen en el aire. Ha sido un año movido e interesante, en el que me ha pasado de todo. Lo peor, tal vez, fue darme cuenta de que tenía tres protusiones bastante serias en las cervicales poco después de la defensa. Y me di cuenta así sin querer… el día que perdí la sensibilidad en tres dedos de la mano derecha y me tuve que pasar drogado y en rehabilitación varios meses. Fue un verano entretenido en el que tuve la oportunidad de presentarme al contrato que actualmente tengo —sigue los progresos de #pubarchMED aquí. También fue un verano lleno de cambios, porque aunque he terminado incorporándome en noviembre, la rueda empezó a girar en julio. He terminado en Londres y no he dejado de viajar ni en los peores momentos de la lesión. Sin ir más lejos, el día después de ir al hospital tenía que partir a un congreso en Newcastle. Como decía mi abuela, sarna con gusto no pica (aunque duela).
El caso es que la vorágine de la vida continúa y, con ella, la falta de tiempo para poder emprender locuras. Por eso, una de las cosas que voy a intentar repescar a través de este blog es «La granja de Schrute» (ese blog que empecé hace años para hablar de series) y, poco a poco, iré añadiendo otras categorías temáticas en las que pueda adentrarme, aunque sea en quinientas palabras, en ese mundo alternativo en el que no termino de perderme.
Un año, y aquí estamos… Ahora en Santander, dentro de un rato en Londres. Un buen día para celebrar el aniversario, en tránsito, como de costumbre.