Hace unos meses salió en muchos medios el último video de Childish Gambino, «This is America» y cómo casi se podían escribir tesis doctorales sobre él. Lo cierto es que lo vi, tampoco me pareció nada de otro mundo más allá de la provocación y la denuncia que hay detrás, y me tuve que leer varios artículos para pillar todo lo que aparentemente dice. Debía estar un poco espeso… El caso es que junto con el video se empezó a alabar Atlanta, la serie que estaba haciendo en FX [como Donald Glover, que es su nombre de verdad], así que me dió por descargarla. Y el caso es que siempre había alguna otra cosa que ver… en estas semanas me he tragado muchas cosas, desde todo The Expanse a las últimas temporadas de algunas series que sigo. Lo cierto es que con el trabajo, tampoco tengo mucho tiempo para ver y menos para comentar.
El caso es que el otro día me puse a ello y he pasado muy buenos ratos… No es una comedia tradicional a lo Modern Family, sino una comedia comuflada de drama [no una dramedia de esas que hacen ahora]. En la producción tiene muchos guiños, no sé si intencionados o no, a trabajos como el del denostado Louis C.K., principalmente en lo que se refiere a la trama [la propia vida del protagonista] y el desarollo [lento, pero a la vez intenso, con muchos puntos cercanos al absurdo y una crítica de fondo brutal].
En líneas generales estamos ante el día a día de Earn, un graduado de Harvard, negro, miserable, que malvive de forma intermitente con la madre de su hija. Un día ve que su primo Paper Boi, un camello de tres al cuarto, se ha metido a rapero, ve potencial y decide darlo todo haciéndose su agente.
Es una serie de negros… pero para blancos. Y no por la comedia, sino por la denuncia sutil y también cruda en muchas ocasiones de una realidad con la que empiezas a entender mejor y a la primera el video que compartí antes. No quiero desgranar mucho, porque realmente merece mucho la pena verla y llevarse la sorpresa. Pero sí me gustaría poner sobre la mesa uno de los capítulos, en forma casi de meta-capítulo, que representa media hora de un canal de televisión para negros.
Este anuncio de cereales a lo largo del capítulo es tremendo. Me fijé por culpa de las referencias arqueológicas, pero la denuncia de la brutalidad policial es sublime. Casi tanto como el espejo de su naturalización.
Pero por encima de todo… este sketch sobre un negro trans-racial es sublime. La forma en la que actúa es sencillamente genial, y preocupante, porque pone de manifiesto una realidad terrorífica de discriminación y violencia. La comparación con la transexualidad es igualmente brutal. Sin comentarios… hay que verlo.
El caso es que hacía mucho tiempo que no veía una serie tan inteligente y a la vez tan radical. Le doy un diez sobre diez.